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MÉTODO MONTESSORI
El método Montessori es una forma distinta de ver la educación. Busca que el niño o niña pueda sacar a luz todas sus potencialidades a través de la interacción con un ambiente preparado, rico en materiales, infraestructura, afecto y respeto.
En este ambiente, el niño y la niña tienen la posibilidad de seguir un proceso individual guiado con profesionales especializados. En este modelo educativo, el desarrollo de aprendizajes no tiene límites. Los niños y niñas pueden aprender todo cuanto quieran, deseen y necesiten de manera dinámica, entretenida y siempre desde un elemento esencial que es la propia motivación.
El método, es congruente con los hallazgos científicos actuales, en especial de la neurociencia, la que señala que entre los 0 y 6 años los seres humanos forman las estructuras cerebrales fundamentales en donde se sustentará el futuro progreso intelectual y emocional.
El ambiente por su conformación, potencia todas las áreas del desarrollo: las ciencias, las matemáticas, el lenguaje, el arte, el desarrollo motor, entre otros.
Pero a su vez, en igual importancia son parte del fundamento educativo, la convivencia con los otros, las habilidades sociales, el desarrollo de la autoestima, los hábitos de orden, la perseverancia, la concentración, el amor por el trabajo, la autonomía, el liderazgo, entre muchos más.
Este método, a parte de los incuestionables alcances a nivel cognitivo, es como lo dijera la misma Doctora Montessori: “una educación para la vida”.
Planos de Desarrollo
Conocer la etapa de desarrollo por la que está pasando el niño es muy importante para guiar su proceso de auto construcción.
La Dra. Montessori considera que el niño es el arquitecto de sí mismo y que debe de permitírsele la libertad de elección en un ambiente preparado ex profeso. Gracias a esta libertad de elección, la guía interior de cada uno le da dirección a las actividades necesarias para su propio desarrollo.
En cada etapa de desarrollo las necesidades son diversas y se manifiestan en diferentes comportamientos. No obstante, los niños en un mismo plano de desarrollo tienen grandes similitudes, es por eso que en los ambientes Montessori se integran niños de diferentes edades. María Montessori dio una gran importancia a los primeros años de la vida del niño, ya que es cuando se construye la base de la identidad, el sustento psicomotor y los principios cognitivos, emocionales y sociales que en adelante solo se consolidan.
El primer Plano del Desarrollo comienza con el nacimiento hasta los 6 años, está caracterizado por “la mente absorbente” del niño, la cual toma o absorbe todo los aspectos, buenos y malos, del ambiente que lo rodea, el lenguaje y la cultura.
En el segundo plano, desde los 6 a los 12 años, el niño posee una “mente razonadora”, para explorar el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto.
En el tercer plano, de los 12 a los 18 años, el adolescente tiene una “mente humanística” deseosa de entender la humanidad y la contribución que él mismo puede hacer a la sociedad. En el último plano del desarrollo, desde los 18 a los 24 años, el adulto explora el mundo con una “mente de especialista” apropiándose de su propio lugar en él.
Materiales concretos
Los materiales Montessori fueron diseñados científicamente en un contexto experimental dentro del aula, prestando especial atención al interés de los niños según la etapa evolutiva en que se encuentran y con la convicción de que la manipulación de objetos concretos ayuda al desarrollo del conocimiento y del pensamiento abstracto.
Estos materiales permiten a los niños investigar y explorar de manera individual e independiente. Posibilitan la repetición, lo que promueve la concentración. Tienen la cualidad de “aislar las dificultades”, es decir, cada uno introduce una única variable, un solo concepto nuevo, aislándolo y dejando los demás conceptos sin modificar. Los materiales tienen “control de error”: es el mismo material que le mostrará al niño si lo usó correctamente. De este modo los niños saben que el error forma parte del proceso de aprendizaje, logran establecer frente a él una actitud positiva, se hacen responsables de su propio aprendizaje, y desarrollan confianza en sí mismos.
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